sábado, 17 de octubre de 2009

Probando


Es así. No quedaba otra chance. El esperpento que es la selección Argentina, tenía que ser salvada por un hombre cuyo porvenir esta destinado a la épica.
Maradona se incinerá partido tras partido. No sabe a que juega y desconcierta a propios y ajenos con decisiones indescifrables para cualquier persona que tenga una mínima noción de fútbol.

En una selección donde valores como Tevez, Messi, Agüero, Mascherano valen más de 30 millones de euros y son señalados como figuras del viejo continente, el “eterno” Palermo, si, aquel que paso sin pena ni gloria por el fútbol Europeo, tiene que salvarlos a todos del incendio.
El tosco, el lento, el acabado, el que se tiene que retirar, el que da vergüenza. Si, ese jugador, salvó ayer a la Argentina. A los quince minutos el Monumental lo pedía. Sobre el final, lo ovacionó.

Ayer criminal, hoy benefactor. Es difícil rastrear un caso donde alguien sea capaz de borrar la cruz que llevaba en sus espaldas. Solo él puede. Porque es distinto. La reivindicación constante. Nadie ha pasado tantas en su vida y ha seguido adelante. Solo él puede.
Gracias Martín